He querido explicar mi experiencia de parto en el Programa Mare del Hospital Sant Joan De Deu Esplugues en Junio 2017, con la intención y el deseo de que en el futuro ninguna madre tenga que pasar por lo que pase y este programa llegue a tener verdaderamente un protocolo de parto natural respetado y humanizado.
Decidí tener mi parto en este hospital luego de asistir a la charla informativa del programa Mare convencida de que lo que me contaron era lo que queria para mi parto.
Finalmente en el camino fueron apareciendo situaciones que hicieron mi proceso demasiado largo y duro. No obstaculizaron mi objetivo de tener un parto vaginal, aunque podrían haberlo hecho de no haber contado con mi determinación y fortaleza.
Las cosas ya empezaron mal cuando en el último control de semana 42, un día antes de ingresarme, me di cuenta casi por casualidad que habían extraviado mi plan de parto. No se encontraba dentro de mi expediente. La comadrona que me hacia la visita en consulta externa intento encontrarlo sin resultado. Para lo que no obtuve ni una explicación válida. Presente una queja en servicio al usuario por este hecho el día 29/5/17 y más de un mes después recibí una escueta disculpa por este hecho, del que por cierto me habían advertido. Por esta razón guarde una copia fiel sellada y firmada de aquel original que sirvió para que pudiera anexarse a mi expediente el día de mi parto.
A continuación detallo el resto de los acontecimientosque se sucedieron en mi proceso de parto que fue inducido, medicalizado y finalmente con epidural ya que duró 30 hs:
_ Pasaron por alto mis preferencias expresadas en el plan de parto.
_ Tuve que defender mi derecho a elegir no ponerme una vía cuando ya estaba expresado en mi plan de parto.
_ En ningún momento me permitieron usar monitores inalámbricos cuando es una opción a elegir dentro del plan de parto.
_Cada vez que me revisaban o controlaban lo hacía una persona diferente.
_Los boxes de urgencias no están cerrados por lo que podía oír risas y conversaciones de un grupo de personas del personal sanitario mientras jugaban con una aplicación de móvil. Mientras monitoreaban mis contracciones.
_ La sala de parto natural cuenta con un ventilador que hace un ruido totalmente molesto e invasivo.
_ La piscina no estaba en óptimas condiciones, perdía agua y tuve que esperar para poder usarla.
_El personal de limpieza entró para secar utilizando productos de limpieza con un olor fuerte y desagradable siendo yo alérgica a los productos de limpieza (esto también expresado en mi plan de parto).
_ En pleno trabajo de parto me solicitaron salir de la sala porque era necesario arreglar la camilla puesto que no funcionaba y solo ese día podía el técnico. A lo que me negué.
_El técnico entró en la sala. Teniendo contracciones tuve que hacer salir al técnico porque estaba martillando a mí lado.
_ El trato recibido por parte de la anestesista y la Ginecologa y la pediatra en la sala de parto no fue cercano, ni cordial, ni acorde con las necesidades de una mujer en parto. Totalmente protocolar y técnico con un lenguaje que no podía entender en las circunstancias en las que me encontraba.
_En el momento de poner la anestesia encendieron todas las luces.
_El catéter se salió, nadie lo noto y la anestesia dejo de hacer efecto. Fue necesario colocar un segundo catéter.
_ Al momento de pujar no se me permitió intentar cambiar de postura.
_ Tanto en el momento del parto como en los días siguientes de internación se me advertía sobre posibles riesgos para mi bebe instándome a cambiar mis decisiones. Situación que me generaba miedo, inseguridad y vulnerabilidad.
Por todo lo antes mencionado siento que el protocolo de parto tiene mucho por mejorar en cuanto a infraestructura y trato del personal sanitario, para otorgar a la mujer un espacio en el que se sienta segura, contenida, apoyada y empoderada para parir. Yo sentí, en todo momento, que debía estar a la defensiva, protegiéndome y haciendo valer mi derecho a elegir.
Por último hacer una mención especial de agradecimiento y felicitaciones por su trabajo a las tres comadronas que acompañaron mi proceso de parto con dedicación, esmero y respeto hacia mí, mi bebé y mis deseos dentro de los limites de un sistema que no les permite dar mucho más. Su calidad humana y trato hacia las mujeres en proceso de parto debería ser imitado por el resto de personal sanitario.
Gracias a Dona Llum por permitir este espacio y por la gran labor que hacen.