En Septiembre de 2015 ingrese en Ginecología del Hospital Taulí a las 20:00 puesto que rompí aguas estando 41.5 semanas.
La primera asistencia fue muy buena ya que me hicieron dos propuestas:
– 1era agilizar el parto con oxitocina artificial
– 2ona esperar a que me pusiera yo de parto (tenia hasta las 07:00 de la mañana para ponerme o me lo tendrían que inducir)
Me llevaron a planta sobre las 21:00 horas o algo mas y cene tranquilamente. Sobre las 00:00 empezaron las contracciones de parto mas fuertes y me llevaron a la sala de partos para empezar mi trabajo de parto.
La comadrona que me toco primera fue un encanto de mujer y estuve con ella hasta que hubo el cambio de turno, al igual que la ginocologa que me estuvo atendiendo hasta que finalizo su turno.
El nuevo turno que entro de comadrona ya no fue tan bueno. Tenia una chicha joven, pero bueno, para mi no era un problema su juventud solo que fue muy fría en un momento tan intimo e importante para mi. Cada 30 minutos entraba otra comadrona, la cual ya me gusto mucho menos.
Se quedaron a mi lado chillando del corte de pelo del momento y de la moda y de diferentes cuestiones a pesar de que yo en ese momento necesitaba ayuda y concentración para poder parir.
Esta segunda comadrona que entro ya puso la guinda del pastel, ya que yo vengo de una cesárea previa y quería que este parto fuera vaginal. Esta comadrona estuvo como mas de hora y media dándome explicaciones y decisiones que tomaba ella a la torera de que iba a ser una cesárea y no un parto vaginal.
Me hizo tactos sin decirme que me los iba ha hacer, me volvía a decir una y otra vez que me iban ha hacer cesaría que el bebe no bajaba y que me mentalizara de que iba a ser cesárea.
Una y otra vez, una y otra vez durante mas de hora y media con el mismo discurso, y que no pasaba nada y que no se y que no se cuanto.
Fueron las horas peores de mi vida… ya que no pare de llorar en ningún momento. Hizo que unos de los momentos mas felices de mi vida se convirtieran en esas horas una pesadilla. Psicologicamente me ha marcado. Ella no era nadie para decir lo que iba a ocurrir. Cada parto es un mundo y uno no tiene nada que ver con otro.
Después entro el jefe de ginecología y me dijo que no iba a ser cesárea que pujara y en menos de 1 hora nuestro hijo estaba entre nosotros con unos cuantos pujos y una episotomia.
